miércoles, 12 de octubre de 2011

MICRO-RELATO Y MICRO-POEMA

El fruto robado


     La tarde pardeaba cuando Juanito iba de camino hacia su casa.  En el sendero se encontró con sus compañeros de correrías, quienes lo invitaron a hacer una de las suyas.  Se trataba de robarse unas manzanas del huerto cercano a su casa.  Aceptó y corrieron para subirse a la barda.  Ayudándose unos a otros treparon fácilmente y se dirigieron al manzano, que ostentaba en forma apetitosa sus dorados frutos.  Juanito tomó una manzana y emprendió la huída.  Al hincarle el diente, sintió la mano del dueño de la finca sobre su hombro...

     Fue el fin de su carrera delictiva.






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